Nuestro planeta está protegido por un escudo invisible, el campo magnético terrestre Generado por el movimiento del núcleo líquido de la Tierra.
Este escudo nos blinda de las partículas cargadas provenientes del Sol, como la radiación cósmica y los vientos solares. Sin embargo, en una región del Atlántico Sur, este escudo se debilita, creando una zona conocida como la Anomalía Magnética del Atlántico Sur (AMAS).
La AMAS se encuentra principalmente sobre Brasil, una región por la que orbitan regularmente los satélites de la Tierra. Esta exposición a mayores niveles de radiación puede dañar los componentes electrónicos de los satélites, lo que puede provocar fallos o incluso su destrucción total.
Un impacto que va más allá de la tecnología espacial
Si bien el debilitamiento del campo magnético en la AMAS no tiene un impacto directo en la salud de las personas, sí afecta significativamente la vida diaria en diversos aspectos, como las telecomunicaciones, el funcionamiento de satélites y la meteorología. La AMAS también podría afectar la navegación aérea y los sistemas eléctricos, lo que podría generar importantes pérdidas económicas.
Como bien lo señala el doctor en Física e investigador del Observatorio Nacional de Brasil, Marcel Nogueira, la AMAS es motivo de preocupación para las agencias espaciales, ya que la mayor cantidad de partículas cargadas que ingresan a esta región representan un riesgo para los satélites. «En la vida cotidiana somos tan dependientes de la tecnología, que cualquier tipo de apagón en el sistema eléctrico, en cualquier país, genera pérdidas de millones o incluso miles de millones de dólares», afirma el investigador.
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