Este miércoles seis chinos fueron encarcelados y podrían recibir penas de hasta cuatro años de prisión, al participar en un plan para hacer trampas en el examen nacional de graduación.

Los examinados, provistos de transmisores y receptores inalámbricos, debían leer las preguntas en voz alta, según los informes policiales de China.
Los cómplices fuera del lugar buscaban las respuestas en los libros de texto y se las leían, reseñó El Impulso.
Dos de los sentenciados el martes habían ayudado a reclutar clientes. No estaba claro cuánto pagaban por el servicio ni cuál sería su castigo. La sanción habitual es la descalificación perpetua de los exámenes.
Los seis fueron condenados a entre 20 meses y cuatro años de prisión y multas de hasta 40.000 yuan (5.900 dólares).
El puntaje obtenido en los exámenes es el criterio fundamental para poder avanzar en el sistema educativo chino desde los primeros niveles.