La ciudad de Cúcuta se encuentra conmocionada tras el espeluznante hallazgo de una cabeza humana y otros restos dentro de una hielera abandonada en un caño. El macabro descubrimiento fue realizado por transeúntes, quienes alertaron a las autoridades al notar una inusual concentración de moscas y animales carroñeros en el área.
La víctima ha sido identificada como Sixto Ferney Rojas, un hombre originario de Bogotá que había llegado a Cúcuta días antes. Junto a él viajaban dos acompañantes, uno de ellos John Jairo Marín Velásquez, un pastor religioso señalado como el principal sospechoso de este atroz crimen.
Según informes de un medio local, Rojas había sido llevado a Cúcuta por el pastor para colaborar en la apertura de una sede de la fundación «Centro de Restauración Encuentro con el Cristo», con sede central en Bogotá. Sin embargo, la situación escaló cuando el pastor acusó a Rojas de robarle un millón de pesos.
«Según lo que hemos averiguado, Sixto se encontraba en estado de embriaguez, situación que fue aprovechada para incriminarlo y acusarlo falsamente del robo», declaró una fuente a La Opinión.
Pastor sospechoso de asesinar y descuartizar a una persona
Durante la confrontación, el pastor habría golpeado a Rojas hasta causarle la muerte. Un testigo presencial relató a las autoridades que el pastor le ordenó conseguir elementos para deshacerse del cuerpo, con la intención de incinerarlo.
«Aún se desconoce por qué no lograron quemar el cuerpo en su totalidad. Los restos encontrados por las autoridades corresponden a las partes que no fueron incineradas. El individuo encargado de quemar el cuerpo, conocido como ‘Samario’, resultó gravemente herido con quemaduras en el rostro, pecho y brazos, aparentemente al intentar eliminar la evidencia», informó la fuente a La Opinión.
Tras el descuartizamiento, el testigo afirma que el pastor pagó 500.000 pesos a un indigente para que arrojara los restos al caño.
Las autoridades están verificando esta información, mientras que el pastor se encuentra prófugo. Desde Bogotá, allegados a los implicados confirmaron que habían viajado juntos a Cúcuta para abrir la sede de la fundación, pero desconocen los detalles de lo ocurrido en la ciudad.
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