A partir del primero de junio, China implementará un plan de impuestos sobre importaciones de productos que ingresan a esa nación asiática desde Estados Unidos, los gravámenes tendrán un valor de 60.000 millones de dólares.

El Gobierno chino afirma que esta medida se realiza en defensa de sus intereses económicos y financieros, ante los ataques sancionatorios y arancelarios por parte de la administración del presidente estadounidense, Donald Trump.
En tal sentido, las nuevas tarifas arancelarias serán aplicadas a 4.500 productos estadounidenses. Es decir, el aumento de tasas será distribuido en 25 por ciento para 2.493 artículos, mientras que 20 por ciento será activado para unos 1.078 productos y finalmente un 10 por ciento fue estipulado para los restantes 974 artículos.
Por su parte, Estados Unidos intensificó una guerra arancelaria con China el viernes pasado, al elevar los impuestos a productos chinos valorados en 200.000 millones de dólares, al tiempo que las negociaciones comerciales entre ambas naciones fracasó.
A lo cual, el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Geng Shuang, informó «Beijing se verá obligado a tomar contramedidas en respuesta al aumento de los aranceles a los artículos chinos importados por EE.UU, y en cuanto a los detalles concretos, sigan atentamente la información que llegue».
La administración china ha venido sorteando los ataques arancelarios del Gobierno estadounidense, además que ha intentado llegar a acuerdos que permitan el restablecimiento de las relaciones económicas de buena voluntad con Washington, sin que esto haya dado frutos, por lo que ahora decidió defender su soberanía financiera.
Con información de Telesur