La región oriental de Bolivia, Santa Cruz, se encuentra en una situación crítica debido al aumento de incendios forestales y una severa sequía que afecta a la zona desde hace varios meses.
Ante esta emergencia, el gobernador en funciones, Mario Aguilera, ha declarado el estado de emergencia departamental.
La medida, según las autoridades, busca agilizar la respuesta ante las «variaciones climáticas que ponen en riesgo la vida, la salud, la biodiversidad y la economía» de la región. Al menos diez municipios se encuentran en estado de desastre o emergencia debido a estos eventos naturales.
Los incendios forestales han arrasado grandes extensiones de terreno, poniendo en peligro la vida silvestre y los recursos naturales de la zona. El municipio de Roboré ha sido uno de los más afectados, requiriendo la intervención de bomberos y militares para controlar las llamas.
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