Desde finales de agosto, Níger está sumergida en unas inundaciones que se han cobrado la vida de 42 personas, así lo informó este miércoles el ministro de Acción Humanitaria y de Gestión de Catástrofes, Laouan Magagi.
De esta manera, la crecida del río Níger -que da nombre el país y recorre el oeste del territorio- ha destruido 8.624 viviendas, lo que ha dejado a 70.000 personas sin hogar.
Además, los casos más graves se registraron en las regiones del sudoeste del país regadas por el Níger, y concretamente en la capital y las ciudades de Tillabéry (al norte de Niamey) y Dosso (al sur).
Ante la situación, hay que lamentar la pérdida numerosa del ganado –más de 800 cabezas-, un bien vital para la subsistencia de muchas familias.
Sin embargo, estas cifras son mejores que las registradas por estas fechas el pasado año, cuando se registraron 40 muertes y 142.715 damnificados, recalcó el ministro; pero reconoció que la rotura este año de la presa de Sélingué- puede agravar las inundaciones en Níger en los próximos días.
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