La llama olímpica llegó a París este domingo, encendiendo la ciudad con su luz y simbolismo a solo 12 días de la inauguración de los Juegos Olímpicos de 2024.
Un evento que coincide con la fiesta nacional de Francia, el 14 de julio, y que ha estado marcado por la presencia del presidente Emmanuel Macron, quien enfrenta una crisis política sin precedentes.
Llama olímpica fiesta nacional de Francia
Un militar a caballo portó la antorcha olímpica por la Avenida Foch hasta el Arco del Triunfo, donde la recibió un grupo de jóvenes de Seine-Saint-Denis, departamento vecino a París donde se celebrará la mayoría de las pruebas deportivas. Tras el encendido de la antorcha, esta pasó de mano en mano entre varios relevistas, todos vestidos de blanco, hasta llegar a la tribuna presidencial ubicada bajo el Arco del Triunfo.
Macron entre la celebración y la incertidumbre
Acompañado por su gobierno en funciones y su esposa Brigitte, Macron presenció la llegada de la llama olímpica con la interpretación del himno nacional francés, la Marsellesa. Sin embargo, la sombra de la crisis política planea sobre el presidente, quien disolvió la Asamblea Nacional y convocó elecciones legislativas anticipadas el pasado 9 de junio tras el revés en las elecciones europeas de su partido y el triunfo de la ultraderecha de Marine Le Pen.
Las elecciones, celebradas en dos vueltas (30 de junio y 7 de julio), dieron como resultado una Asamblea Nacional dividida en tres bloques: izquierda, centro (partido de Macron) y ultraderecha, con escasas posibilidades de formar un gobierno. A pesar de que la coalición de izquierdas NFP (Nuevo Frente Popular) ganó los comicios, no alcanzó la mayoría absoluta y se encuentra en un proceso de negociaciones para presentar un candidato a la jefatura de gobierno ante Macron.
El presidente francés, quien tiene la potestad de nombrar al primer ministro, ha declarado que ningún grupo ganó las elecciones, lo que ha generado indignación en la izquierda. Macron ha adelantado su deseo de formar «una coalición de base amplia».
La llama olímpica: un símbolo de esperanza en tiempos difíciles
A pesar de la incertidumbre política, la llama olímpica representa un símbolo de esperanza y unidad para Francia. Desde su llegada a territorio francés en mayo procedente de Grecia, ha recorrido gran parte del país y este domingo llegó a su capital.
Durante el fin de semana, la llama completará un itinerario con un importante componente simbólico, recorriendo lugares emblemáticos como la Asamblea Nacional, el Panteón, la Sorbona, la plaza de la Bastilla, la sala Bataclan, el teatro Olympia, la plaza Vendôme, el museo del Louvre y el Centro Pompidou.
Más de 500 personas se relevarán llevando las antorchas con el fuego en trayectos de entre 200 y 400 metros cada uno. Entre los portadores se encuentran figuras como el exfutbolista Thierry Henry, el actor Jamel Debbouze, la bailarina Sylvie Tellier, el cantante Kim Seok-Jin, el chef Mory Sacko, la humorista Claudia Tagbo, la atleta Marie José Perec y la esgrimista Laura Flessel.
El recorrido de la llama olímpica por París concluirá el lunes en la plaza de la República, donde se encenderá otro pebetero. A partir del martes, el fuego continuará su viaje por Francia, especialmente por varios departamentos del norte y de la región de la capital, antes de regresar a París para la ceremonia de inauguración del 26 de julio, cuando el pebetero definitivo se encienda en los jardines de las Tullerías.
La llama olímpica brilla con fuerza en París, iluminando la ciudad con un mensaje de paz, unión y esperanza en un momento crucial para Francia.
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