No hay nada más rico que levantarse y oler el rico aroma de un cafecito; o sencillamente en la tarde tomar con los amigos y allegados una taza, ya sea negro, marrón o con leche.

Como el café es una bebida que se consigue a la vuelta de la esquina, en las instalaciones del tren de Valles del Tuy, hay un local de comida abierto, donde puedes degustar los platos de tu preferencia, que expenden esta bebida de los dioses.
Al entrar en el local, lo primero que encuentras es un letrero, que dice:
“Un café”…. 500 Bs. S.
“Un café por favor”…. 400 Bs. S.
“Buen día, un café por favor”…. 300 Bs. S.
La imagen habla por sí sola y se entiende la intención del letrero, entonces solo debes decir en buen tono:
“Buen día, un café por favor”. Y la encargada responderá con un gesto de satisfacción y gracia: “¡Muy bien!” Un café de 300 por tu educación.
Sinceramente, no podrás creerlo. Los encargados, muy amablemente, te van a ofrecer un café a bajo costo solamente por ser ¡educado!

Ni creas que el de 300 es de vaso pequeño. Desde el costo más alto (con menos educación) hasta el más bajo, era el mismo tamaño.
Adicionalmente, las personas que trabajan allí son gratas, empáticas y sensibles, que buscan enseñar a las personas los viejos hábitos de educación, esos valores que hoy en día se han perdido por la falta de cultura, entre los ciudadanos.
Aún hay un país que no se rinde, y que tiene lo más importante para emprender y levantarse: las ganas y la creatividad.
Con información de Curadas