La tradicional matanza de ballenas se celebró una vez más en islas Feroe, en Dinamarca, con duros cuestionamientos sobre su razón de ser por parte de organizaciones ambientales.

Los habitantes de las islas Feroe, ubicadas en el Atlántico Norte, realizan cada verano el denominado «Grindadráp», donde cientos de ballenas piloto y delfines son dirigidos a las playas para ser acuchillados y arponeados.
Tras este exterminio, donde participan adultos y niños, las aguas de la bahía de Sandavágur, en la isla de Vágar, quedan totalmente teñidas de rojo.
La finalidad de esta evento, con siglos de antigüedad, es la de distribuir carne y grasas de estas especies entre los habitantes. Sin embargo, debido a la contaminación de las aguas, expertos consideran que su carne es desechada.
¿Cómo ocurre?
Las manadas de ballenas y delfines nadan cerca de la orilla en su época de migración. Los pescadores se aprovechan, las rodean y las conducen hacia aguas poco profundas de la bahía.
Allí quedan atrapadas y comienzan el aniquilamiento, en el que participan incluso niños de cinco años. Los testigos han relatado escenas crueles de éstos mamíferos decapitados retorciéndose de dolor entre aguas teñidas de sangre.
Con información de Actualidad RT