Más de 14.000 desodorantes ha repartido la administración del Metro de Viena entre sus usuarios, a fin de evitar la proliferación de malos olores producto de la falta de aire acondicionado y las altas temperaturas en el país.

Daniel Amann, portavoz de la compañía municipal de Wiener Lienien, aseguró que las reacciones de los pasajeros ante esta medida han sido “muy positivas” y que nadie lo ha tomado como una acción de mal gusto.
Por otra parte, la empresa estudia prohibir el consumo de alimentos dentro de las instalaciones como parte de la misma lucha contra el hedor que se produce debido al verano caluroso.
Según una encuesta realizada por la emisora austriaca ORF, 77% de los pasajeros están a favor de prohibir las comidas en el metro, norma que se encuentra en vigor en otras ciudades del mundo como Berlín, Singapur y Hong Kong.
Con información de El Nacional