En las montañas de Trujillo, Venezuela, existe una leyenda fascinante sobre los momoyes, pequeños seres míticos que protegen la naturaleza. Su presencia se siente en el corazón de los Andes, donde ríos y montañas guardan secretos ancestrales.
Los Momoyes de Trujillo
Los momoyes son representados como hombrecillos de unos 40 centímetros de estatura, con sombreros de copa alta, barba y a veces un bastón. Aunque su origen exacto es incierto, se cree que están relacionados con duendes y gnomos de otras culturas, pero con un toque local y único.
El profesor Luis Javier Hernández, estudioso de esta figura mítica, explica que los momoyes están arraigados a un realismo telúrico, vinculados a la idiosincrasia de la región y al entrecruce cultural entre lo aborigen y lo europeo.
Los momoyes son seres ambivalentes: pueden ser afables y juguetones, pero también causar travesuras y asustar a quienes no los respetan. Se dice que son mensajeros de un espacio más allá de lo físico y que su presencia se manifiesta en ambientes naturales, especialmente cerca de ríos y quebradas.
Algunos testimonios aseguran que los momoyes aparecen durante las crecidas de los ríos, lo que se atribuye a una mudanza o a un reclamo de sus tierras ancestrales.
Experiencias Personales
Las historias de encuentros con momoyes son comunes en Trujillo. Una joven llamada Laura Dos Santos relata una experiencia aterradora en Boconó, donde una puerta se abrió misteriosamente en la noche. Otra persona, Juan Becerra, cuenta sobre un campamento en la Laguna de los Cedros, que forma parte del Parque Nacional Guaramacal, cuenta que por la noche, él y algunos amigos estaban dentro de una carpa contando cuentos de terror. Posteriormente escucharon cantos y voces y vieron pasar personas que parecían niños de unos 10 o 12 años y al salir, no vieron a nadie. Ya por la mañana, se dieron cuenta que una de las dos lámparas recargables que tenían afuera, se las habían llevado. «El vigilante del parque nos dijo que eran los momoyes y que ahí pasan situaciones como esas y se pierden cosas».
Respeto por la Naturaleza y las Tradiciones
Los momoyes, estan vinculados con cuerpos de agua. Dicen que los campesinos incluso son sus amigos y les piden permiso para disponer de las aguas. Además, el hecho de «profanar» los espacios o ensuciar a la naturaleza parece ofenderles, pues incluso llueve, al punto que son «echados» del lugar que han perjudicado.
Hay un punto común entre las personas que tienen experiencias con ellos: no burlarse, nombrarlos en vano o dañar el encanto natural de Trujillo.
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