La calidez de una celebración familiar en el sector Carialinda de Naguanagua, estado Carabobo, se quebró abruptamente para una niña de 13 años, brutalmente secuestrada y abusada sexualmente por su propio tío, un acto que sembró horror e indignación en la comunidad.
En un instante de descuido durante la reunión, la menor desapareció, siendo arrebatada por su tío y llevada a la desolación de una zona montañosa en Loma Linda. Allí, bajo la sombra de un arma de fuego y la amenaza de muerte, sufrió repetidos abusos sexuales y un cruel cautiverio hasta este lunes, cuando su valentía le permitió escapar y clamar por ayuda a su madre.
La desesperación de L.C., madre, la adolescente la llevó a denunciar la desaparición ante el CICPC, y la angustia culminó, con el doloroso retorno de su hija, marcada por las evidentes secuelas físicas de la terrible experiencia.
En su relato a su madre, la joven describió el horror vivido a manos de su tío, E.E.C.M., quien la mantuvo prisionera y la sometió a incesantes vejaciones en la montaña.
La noticia de la atrocidad movilizó a los familiares, quienes contactaron de inmediato a la Policía Municipal de Naguanagua. La rápida respuesta policial permitió resguardar a la víctima e iniciar una operación en la zona montañosa para capturar al agresor armado.
La acción coordinada del Servicio de Policía Comunal, Patrullaje Motorizado e Investigación Penal culminó con la detención de E.E.C.M. en la parte alta, donde se decomisó el arma utilizada en el crimen.
El descenso de los funcionarios con el agresor desató la furia contenida de una multitud, que intentó tomar justicia por mano propia, atacando a la comisión policial. La intervención de los oficiales fue necesaria para proteger la integridad del detenido.
A través de su cuenta de Instagram, Polinagua detalló el procedimiento, dejando constancia de la profunda indignación de una comunidad que clamaba por justicia ante la brutalidad sufrida por la niña. La institución resaltó la valentía de la víctima, cuyo escape y denuncia fueron el detonante de la reacción comunitaria.
El presunto agresor se encuentra ahora a disposición del Ministerio Público, depositándose en la justicia la esperanza de una investigación exhaustiva y una sanción ejemplar.
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