Johana, niña hondureña de 11 meses de nacida, viaja con sus padres en la caravana de migrantes que salió de San Pedro Sula, la cual busca llegar a Estados Unidos.

Enrique el padre, explica que la falta de empleo lo obligó a emprender este viaje junto a su esposa y su pequeña hija.
«A veces quisiéramos darnos por vencido, pero este esfuerzo lo hacemos por nuestra hija. Señala mientras se cubre la cabeza para evitar un poco la quemadura del incensante sol.
En la crónica contada por el portal El Universal, relata que su último empleo fue en una maquila, donde ganaba un sueldo de 3 mil lempiras mensuales (unos 1500 pesos), pero hace seis meses fue despedido y desde entonces ha sido difícil conseguir nuevamente empleo.
«He trabajado de todo, ayudante de albañil, en la limpieza, vendiendo discos piratas, pero es muy poco lo que se gana» dice con tristeza.
Caminando a su lado lo acompaña su esposa, Yennifer quien se proteje con una sombrilla del sol que personas caritativas le regalaron.
Yennifer dice que a veces piensa en regresarse, pero su esposo le insista que siga juntos en este viaje porque no quiere separarse de su hija.
Mientras la pequeña llora, mueve sus pies y manos, se observa inquieta, molesta quizás por el calor de 40 grados.
Así como Enrique y Yennifer, viajan miles de padres con sus hijos en brazos, Algunos con hasta tres menores de entre 2 meses de nacidos y 6 años de edad.
Ambos tienen un objetivo claro, viajar para buscar mejores condiciones y bienestar para su pequeña hija. «El esfuerzo valdrá la pena, Dios recompensará este esfuerzo que hoy estamos haciendo por nuestra hija», señala la joven madre.
Tras caminar un poco más de una hora la joven familia llega al Viva México para tomar un breve descanso.