En celebración del miércoles de ceniza, el papa Francisco denunció “las trampas” de “la cultura de la apariencia”, la cual es un engaño para el mundo.

“Las realidades terrenales se desvanecen, como el polvo en el viento. Los bienes son pasajeros, el poder pasa, el éxito termina”, subrayó el Papa en una homilía pronunciada en la basílica dominicana de Santa Sabina, en la colina del Aventino, en Roma, adonde acudió en procesión.
El sumo pontífice recordó que la Cuaresma es un momento «para detenerse, ir a lo esencial, un despertador para el alma» o un momento para encontrar «la ruta de la vida».
Además, invitó a centrarse en lo esencial “limosna, oración y ayuno”. Porque, «por mucho que te afanes, no te llevarás ninguna riqueza de la vida», sentenció.
Como es de costumbre, el Santo Padre procedió al rito tradicional de imponer las cenizas, trazando una cruz en la cabeza de los fieles, símbolo de la condición efímera de la vida humana.
La Cuaresma, instituida en el siglo IV en conmemoración de los cuarenta días de ayuno de Jesucristo por el desierto, fue muy seguida en otros periodos de la historia de la Iglesia.
Con información de lanacionweb