Las fuertes lluvias caídas en París han provocado un aumento significativo de la contaminación en el río Sena, poniendo en peligro la celebración de las pruebas de natación de los Juegos Olímpicos de París 2024.
Las autoridades han cancelado los entrenamientos en dos ocasiones consecutivas debido a los altos niveles de bacterias en el agua, lo que ha generado preocupación entre los organizadores y los atletas.
A pesar de los esfuerzos por limpiar el río, las últimas muestras de agua han revelado una presencia excesiva de Escherichia coli y enterococos, bacterias que convierten el agua en no apta para el baño.
Esta situación ha obligado a los organizadores a considerar un plan B, que contempla la posibilidad de posponer las pruebas o modificar el calendario de competición.
El adjunto a la Alcaldía de París, Pierre Rabadan, ha asegurado que la calidad del agua suele recuperarse en pocos días, pero ha reconocido que la situación actual es preocupante.
La alcaldesa Anne Hidalgo se había sumergido en el Sena semanas antes de la inauguración de los Juegos para demostrar la calidad del agua, sin embargo, las últimas pruebas han revelado que los niveles de contaminación superan los límites permitidos.
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