El patacón zuliano se alza como un ícono culinario del Zulia, diferenciándose notablemente de sus parientes tostones y patacones del resto del país y el Caribe.
Su esencia reside en su delgadez y estilización, transformándose en un sándwich único al rellenarse con una variedad de ingredientes entre dos tapas delgadas y anchas de plátano frito.
Patacón zuliano manjar Venezolano con Identidad Propia
Para dar vida a este manjar, iniciamos cortando un plátano verde pequeño a la mitad, sumergimos ambas piezas en abundante aceite caliente durante 10 minutos, hasta que adquieran un dorado perfecto. Luego, las escurrimos cuidadosamente en un colador.
A continuación, preparamos una «estación de aplastamiento» artesanal. Cortamos una bolsa plástica por los lados, creando dos tapas con forma de «<«. Las colocamos sobre una tabla de madera o el tope de la cocina. En el centro, espolvoreamos una pizca de sal, orégano y ajo molido. Sobre esta base, colocamos una de las piezas de plátano frito. Cubrimos con la otra tapa de plástico y, con la ayuda de un plato llano, aplastamos con firmeza hasta obtener un disco delgado.
Freímos el disco de plátano aplanado en aceite caliente hasta que esté bien tostado. Tomamos una de las tapas resultantes y la convertimos en un lienzo culinario. Sobre ella, colocamos una generosa porción de queso de mano, lechuga fresca, rodajas de tomate, salsa verde, kétchup y mostaza. Esta base es la esencia del patacón, pero el resto del relleno depende del gusto y la creatividad del comensal. El pernil horneado en finas lonjas es el acompañante más popular, aunque las opciones son infinitas.
Un Legado Maracaibero:
El patacón relleno tiene su origen en la vibrante ciudad de Maracaibo, capital del estado Zulia. Allí, encontramos restaurantes especializados en este arte culinario y una gran cantidad de puestos callejeros que ofrecen su propia versión del patacón, cada uno con un toque único que los hace especiales.
En algunos lugares, incluso podemos encontrar patacones rellenos con plátano maduro y una variedad casi ilimitada de ingredientes. Sin duda, este platillo se ha convertido en un emblema de la cocina marabina y uno de los más reconocidos en toda Venezuela.
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