Un sacerdote de Pensilvania, Estados Unidos, fue acusado de robar miles de dólares de su parroquia para gastarlos en juegos móviles y otros artículos personales.
Según las autoridades, el reverendo Lawrence Kozak, de la Iglesia Católica de San Tomás Moro en Filadelfia, gastó más de $40.000 en juegos móviles como Candy Crush y Mario Kart Tour durante un período de tres años. Los fondos también se utilizaron para comprar regalos y juguetes.
Kozak fue acusado de robo y delitos relacionados. Fue puesto en libertad bajo fianza a la espera de juicio.
Este no es el primer caso de un líder religioso acusado de malversar fondos. En 2019, un pastor de Texas fue acusado de robar $1.5 millones de su iglesia para gastarlos en viajes, casinos y una casa de lujo.
Estos casos son un recordatorio de la importancia de la transparencia y la rendición de cuentas en las organizaciones religiosas. Las parroquias y las congregaciones deben tener controles financieros adecuados para evitar que se roben fondos.
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