La primera ministra del estado de Victoria, Jacinta Allan, se encuentra en el centro de la polémica tras defender la controvertida decisión de su gobierno de sacrificar a 686 koalas en el Parque Nacional Budj Bim, ubicado al suroeste del estado.
La medida, ejecutada el año pasado, ha generado una fuerte condena por parte de grupos conservacionistas, quienes la califican de «innecesaria y cruel».
Sacrificio de Koalas en Parque Nacional de Victoria
Según reportes del medio australiano Sky News, el sacrificio se llevó a cabo debido a una supuesta sobrepoblación de koalas en la zona, lo que habría provocado una escasez de alimento y la consecuente muerte por inanición de algunos ejemplares.
No obstante, organizaciones ambientalistas han cuestionado esta justificación, argumentando que existían alternativas viables como la reubicación de los animales.
«Una decisión difícil», argumenta el gobierno
La primera ministra Allan, quien asumió el cargo en septiembre de 2023, salió en defensa de la medida, describiéndola como una «decisión muy difícil» tomada por la administración anterior para asegurar la disponibilidad de alimento para la población restante de koalas y mantener así una colonia saludable. «Cualquier intervención de este tipo es compleja», declaró el pasado 22 de abril.
El Departamento de Medio Ambiente, Tierra, Agua y Planificación (DELWP) confirmó el sacrificio de los 686 koalas en 2023, asegurando que se utilizaron métodos considerados «humanitarios» por veterinarios. Un portavoz del departamento explicó que esta acción representó «el último recurso para evitar un mayor sufrimiento por inanición» entre los marsupiales.
Indignación en las organizaciones de defensa animal
La respuesta de las organizaciones de defensa de la fauna no se hizo esperar. Lisa Palma, directora ejecutiva de Wildlife Victoria, calificó el sacrificio como «un acto cruel e innecesario». Palma aseguró que su organización había ofrecido activamente su ayuda para reubicar a los koalas a zonas donde podrían prosperar, lamentando que «el gobierno optó por matarlos en lugar de colaborar».
La controversia se produce en un contexto de creciente preocupación por el estado de conservación de los koalas en Australia, especie que enfrenta graves amenazas como la pérdida de hábitat, los devastadores incendios forestales y los efectos del cambio climático. En Victoria, la situación se agrava por la fragmentación de los bosques y la falta de políticas de conservación consideradas efectivas por los ambientalistas.
Este no es el primer episodio que genera críticas hacia el gobierno estatal por su gestión de la población de koalas. En 2020, un informe reveló que la tala de bosques nativos había dejado a cientos de koalas sin refugio, lo que condujo a muertes masivas.
El reciente sacrificio en el Parque Nacional Budj Bim ha reabierto un intenso debate sobre la manera de equilibrar la conservación de los koalas con la gestión de su población, especialmente en áreas donde su supervivencia se encuentra en riesgo. Las organizaciones ambientalistas insisten en la necesidad de explorar alternativas no letales y de implementar políticas de conservación a largo plazo que garanticen la protección de esta emblemática especie australiana.
Puedes seguir leyendo: Primer caso de «niño burbuja» detectado en Madrid