La frontera entre Colombia y Venezuela se encuentra en una tensa calma, en vista de los sucesos ocurridos el pasado sábado.

Entre escombros de bombas lacrimógenas y cenizas, el paso que comunica Ureña (Venezuela) con Cúcuta (Colombia) fue testigo de un día de violencia entre efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y civiles venezolanos que buscaban entrar al territorio nacional con la ayuda humanitaria enviada desde Estados Unidos.
Igualmente, varios curiosos se acercaban a ver los restos de un autobús quemado por manifestantes.
Con información de Globovisión