El Viernes Santo es considerado como una de las celebraciones fundamentales del Cristianismo, en el marco de la Semana Santa. En este día se revive la muerte de Jesús de Nazaret.

La Iglesia Católica instó a sus fieles a realizar ayuno y abstinencia de carne, como penitencia. En la religión católica no hay celebración de la Eucaristía y se adora la Cruz en el Viernes Santo. Es el único día del calendario litúrgico católico donde no se celebra la Misa, puesto que hay un luto por la muerte del Señor.
En vez de la Misa, se celebra la “Liturgia de la Pasión del Señor” a media tarde del viernes, aproximadamente cerca de las tres de la tarde, hora en la que se ubica la muerte del Señor en la cruz. Por motivos pastorales podría celebrarse más tarde, pero no después de las seis de la tarde.
El sacerdote y el diácono deben vestir ornamentos rojos, en recuerdo de la sangre derramada por Jesucristo en la cruz. Los obispos participan en esta celebración sin báculo y despojados de su anillo pastoral.
Antes del comienzo de la celebración, el templo se presenta con las luces apagadas o luces a media. El Altar está sin manteles ni adornos, mientras que a un lado de éste, se coloca un pedestal para instalar en él la santa cruz que será ofrecida a veneración.
Con información de CZN Mundo