El domingo 28 de octubre, salieron unos 300 migrantes de San Salvador hacia la frontera con Guatemala con el objetivo final de llegar a Estados Unidos en busca del «sueño americano».

Asimismo los migrantes caminan con gorras, abrigos, una mochila en la espalda y algunas provisiones, hombres y unas pocas mujeres partieron, custodiados por la policía, de la plaza El Salvador del Mundo, en el sector oeste de la capital.
De esta manera buscan emular la caravana de hondureños que salió el 13 de octubre de San Pedro Sula, desatendieron el llamado del gobierno salvadoreño, que el viernes les pidió no poner en riegos sus vidas viajando en forma ilegal.

Hernán Quinteros, de 48 años, sargento retirado del ejército declaró «vamos un poco más de 300 personas, pero esperamos que conforme caminamos hacia la frontera se nos incorporen más compatriotas».
Por su parte, la vicecanciller para los salvadoreños en el Exterior, Liduvina Magarín, aseguró que el gobierno será «respetuoso de la decisión» que tomen sus connacionales, pero les recordó el «riesgo» de migrar de «manera irregular» a Estados Unidos, en especial quienes llevan niños.

Igualmente advirtió que «quienes tomen la decisión de viajar con niños, pues también tienen que asumir la responsabilidad del daño que les están causando, dado el trauma que implica pasar todo este proceso migratorio».
La vicecanciller afirmó que en la caravana que salió el domingo van ciudadanos hondureños, muchos de ellos habrían alentado el desplazamiento de salvadoreños.
Con información de Globovisión