Este domingo 6 de junio hay elecciones en Perú para elegir al ocupante de la Casa de Gobierno por los próximos 5 años. Pedro Castillo y Keiko Fujimori son los candidatos que se enfrentan en esta segunda vuelta tras haber cerrado una reñida fase de campaña.
Este proceso de votación toma mayor trascendencia al estar signado por la posibilidad del retorno del fujimorismo con Keiko Fujimori y la promesa de un cambio radical con tendencia social a manos de Pedro Castillo a través de una constituyente.
Fujimori y la “demodura”
Con 46 años, la candidata del partido Fuerza Popular es hija del exgobernante peruano Alberto Fujimori quien purga condena de 25 años de prisión por violaciones de los derechos humanos.
Su historial política está marcado por sus posiciones de extrema derecha y múltiples acusaciones de corrupción entre los que destaca la de haber recibido sobornos por parte de la empresa brasileña Odrebecht durante la campaña presidencial en 2011.
La heredera del expresidente encarcelado que ha visto frustrada sus aspiraciones en dos oportunidades (2011 y 2016), pero a diferencia de las anteriores, esta vez acude con el apoyo de todos los sectores empresariales y políticos de la tradicional derecha peruana bajo la premisa de representar “el mal menor”.
Entre las promesas de campaña de esta candidata que curso estudios de Administración de Empresas en la Universidad de Boston y obtuvo una maestría en el mismo campo en la Universidad de Columbia se encuentran aplicar la “demodura”, concepto que comparte con su padre.
“Mi gobierno tendría el espíritu del principio de autoridad, con absoluto respeto de nuestra democracia. Y yo creo que lo que el Perú necesita es una ‘demodura’. No una democracia blanda, sino una democracia dura”, dijo en una entrevista el pasado 14 de febrero en entrevista concedida al medio peruano “throme”.
Nacida el 25 de mayo de 1975 esta candidata de origen japonés de triunfar se convertiría en la primera mujer en ocupar la primera magistratura del Ejecutivo peruano desde dónde ha prometido profundizar la “economía social de mercado” sin profundizar en qué consiste este plan que algunos señalan será la continuidad del neoliberalismo.
Castillo promete un cambio
En su juventud perteneció a las organizaciones comunales de autodefensa de las zonas rurales (rondero). Se convirtió en docente de primaria en 1995 desde donde se dio a conocer por ser parte de las luchas magisteriales, siendo la de mayor alcance la ocurrida en 2017, donde el profesor Castillo se convirtió en principal figura.
Su candidatura se mostraba intrascendente en las grandes ciudades, pero el voto de las regiones rurales y sectores capitalinos pobres, lo llevaron a convertirse en el vencedor de la primera vuelta electoral del Perú, sorprendiendo a peruanos y al mundo.
Cambiar la constitución heredada del fujimorismo a través de una constituyente, promover una economía popular, revisar los contratos de las empresas transnacionales que extraen minerales en Perú, elevar la inversión social y reducir la desigualdad social son su principal propuesta de gobierno para los próximos 5 años, logrando captar la atención en un país donde la pobreza creció 10% en los últimos años para ubicarse cerca del 40%.
El candidato de 51 años del partido Perú Libre se convirtió en el centro de los ataques de los medios de comunicación, la casta política tradicional peruana y la derecha continental que lo acusa de querer instaurar un “régimen autoritario”, aunque a diferencia de la candidata Fujimori no ha señalado sin intención de instaurar una “demodura” y por el contrario ha señalado la necesidad de profundizar la democratización de la propiedad, la economía y la política en esta nación donde prevalecen los grandes apellidos y corporaciones.
Lo que el Perú necesita es una DEMODURA, una democracia dura. Lo comento hoy en mi entrevista a Óscar Torres para el diario @tromepe. https://t.co/4MQ8nSEF9t
— Keiko Fujimori (@KeikoFujimori) February 14, 2021
Lo que dicen las encuestas
Aunque la credibilidad de las encuestadoras en América Latina ha caído debido a sus constantes fallados impulsados principalmente por la ausencia de la rigurosidad científica y la tendencia a favorecer a candidatos derechistas, siguen siendo un instrumento para tener una imagen del panorama electoral en este país.
En Perú los estudios asegurar que existe un margen muy estrecho entre Castillo y Fujimori, donde el profesor supera por 2 o 3 puntos porcentuales a la derechista. Los titulares para citar a estos “estudios” de intención de votos es que la Keiko “sigue creciendo”, línea discursiva semejante a la aplicada en Bolivia con Carlos Mesa que quedó 20% por debajo del hoy presidente Luis Arce.
Panorama difícil de afrontar
La realidad política y económica del Perú permite prever que cualquiera que resulte ganador tendrá un difícil panorama al tener que enfrentar un congreso donde ninguno posee la mayoría absoluta y el cual se ha signado por promover destituciones de tres (Pedro Kuczynski, Martín Vizcarra y Manuel Merino) de los últimos cuatro presidentes desde el 2018.
Además deberán afrontar una creciente crisis económica profundizada por la pandemia del covid-19 que ha provocado un crecimiento de la pobreza y el descontento social que se ha visto manifestado en las calles y que se encuentra en tensa calma gracias a la válvula electoral.
En las manos de los peruanos estará el definir su destino que hoy navega entre retornar al fujimorismo o apostar por un candidato que promete un cambio radical de las estructuras de poder con la esperanza de que cumpla y no sucumba como ya lo hiciera Ollanta Humala.
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