Este martes, autoridades de Filipinas elevaron a 16 los fallecidos a causa del terremoto de magnitud 6.1 que sacudió el domingo pasado el norte de ese país.

Sin embargo, continúan las labores de rescate de unas 30 personas atrapadas por el derrumbe de un supermercado.
En este sentido, 15 de las víctimas mortales se registraron en la provincia de Pampanga, en el centro de la isla septentrional de Luzón, a unos 100 kilómetros al norte de Manila, donde también se sintió con intensidad el temblor, de acuerdo al último recuento del Centro Nacional de Manejo de Desastres (NDRRMC).

Por su parte, la gobernadora de Pampanga, Lilia Pineda, solicitó que se declare cuanto antes el “estado de calamidad” en la provincia “para poder ayudar rápido a las familias de las víctimas y a aquellos cuyas viviendas han sufrido daños“.

Además, en la ciudad de Porac se hundió un supermercado de cuatro plantas, donde se han registrado cinco fallecidos y se ha rescatado con vida a nueve personas entre la treintena que se cree que siguen atrapadas bajo los escombros.
Además, en Porac murieron otras siete personas, víctimas de derrumbes en sus viviendas; en la cercana Lubao -también en Pampanga- perecieron dos personas, una abuela y su nieta de 7 años, aplastadas al caerles un muro de su casa, y en la ciudad de Ángeles registró otro muerto.

Por otra parte, en la provincia de Zambales, donde se ubicó el epicentro del temblor, perdió la vida un niño de 6 años que fue arrastrado por una avalancha de tierra en el municipio de San Marcelino.
Sin embargo, según el NDRRMC, hay además 14 desaparecidos y 81 heridos.
Por ahora, se han producido más de 400 réplicas del terremoto, aunque sólo ocho fueron perceptibles, según Philvocs.
Con información de Noticias24