Un macabro hallazgo ha conmocionado al estado de Guerrero, México, las autoridades confirmaron este viernes que los once cadáveres localizados en una camioneta abandonada en una carretera que conduce a Acapulco corresponden a personas reportadas como desaparecidas desde finales de octubre.
Entre las víctimas, de entre 13 y 53 años, se encontraban dos mujeres, cuatro menores de edad y cinco hombres adultos, todos originarios de la comunidad de Chautipan.
La Fiscalía General del Estado de Guerrero informó que las familias de las víctimas habían denunciado su desaparición tras ser presuntamente secuestradas por un grupo criminal conocido como Los Ardillos. Los cuerpos fueron descubiertos en una avenida de Chilpancingo, capital del estado.
Las investigaciones preliminares apuntan a que las víctimas, quienes se dedicaban al comercio en diversas comunidades de Guerrero, fueron privadas de la libertad por una célula de Los Ardillos dedicada al narcotráfico y la extorsión.
El modus operandi de la banda delictiva, según el general Pedro Nieto, jefe del destacamento militar de la zona, incluye el reclutamiento de «halcones» para vigilar su territorio y detectar a posibles objetivos.
Este trágico suceso se suma a la ola de violencia que azota a Guerrero, un estado marcado por altos índices de pobreza y criminalidad. La desaparición y posterior asesinato de estas 11 personas ha generado indignación y exige una respuesta contundente de las autoridades para garantizar la seguridad de los ciudadanos.
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