Tras la ola de abuso sexuales por representantes de la iglesia católica chilena, todos los obispos de ese país presentaron su renuncia ante el papa Francisco, luego de tres días de reuniones con el sumo pontífice del Vaticano.

«Hemos puesto, por escrito, nuestros cargos en manos del Santo Padre, para que libremente decida con respecto a cada uno de nosotros», comentaron los obispos Fernando Ramos y Juan Ignacio González al portal Emol.
«Queremos pedir perdón por el dolor causado a las víctimas, al papa mismo, al pueblo de Dios y al país por nuestros graves errores y omisiones», comentaron.
Duras Críticas
Este martes, el papa entregó a los 34 obispos chilenos que fueron convocados de emergencia al Vaticano un documento en el que criticó duramente a los líderes de la Iglesia católica chilena y los acusó de graves errores y omisiones en la gestión de los casos de abusos.
El texto del documento, al que tuvo acceso el canal chileno T13, revela declaraciones que «certifican presiones ejercidas» sobre aquellos que «debían llevar adelante la instrucción de los procesos penales o incluso la destrucción de documentos comprometedores por parte de encargados de archivos eclesiásticos».
Con ello, se evidenció «una absoluta falta de respeto por el procedimiento canónico y, más aún, unas prácticas reprobables que deberán ser evitadas en el futuro».
El documento del papa entregado al clero chileno y la subsiguiente renuncia de los obispos, ocurre en el marco de una escalada de tensión social que ha surgido a raíz de los casos de abusos cometidos entre 1980 y 1995 por el sacerdote Fernando Karadima.
Por su parte, Juan Barros, obispo en la ciudad de Osorno y quien participó en las reuniones con el papa, es sospechoso de encubrimiento de los abusos sexuales cometidos por Fernando Karadima.
Todavía no se sabe si el papa Francisco ha aceptado la renuncia de los obispos chilenos, reseñó Actualidad RT.

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