
La oficina de presa del Vaticano dio a conocer los detalles sobre la Misa de Última Cena que ofrecerá el papa Francisco este Jueves Santo en una cárcel de Roma. Al igual que Cristo con sus apóstoles, Jorge Bergoglio lavará los pies de 12 reclusos.

Los reos seleccionados provienen de siete países diferentes: Italia, Filipinas, Marruecos, Colombia, Nigeria y Sierra Leona. Dentro del grupo hay ocho católicos, dos musulmanes, un ortodoxo y otro budista.
La visita incluirá un encuentro del Santo Padre con algunos reclusos enfermos y otros detenidos. Como un devoto que procura visitar los siete templos, Francisco Bergoglio ha convertido los recorridos por centros penitenciarios en su propia tradición de Cuaresma.
En años anteriores, el Papa celebró la Misa de Última Cena en las cárceles de Paliano (2017), Rebibbia (2015), y en centro de detención para menores de Casal de Marmo (2013).
El Pontífice lava los pies de 12 presidiarios para seguir el ejemplo de Jesús durante la última Cena, quien hizo lo propio con sus apóstoles. Esa noche, poco antes de ser aprehendido, Cristo instituyó los sacramentos de la Eucaristía y el Orden Sacerdotal.
Lavatorio de los pies
En un momento de la cena, Jesús se quitó el manto y tomó una jofaina con agua, preparándose para lavarles los pies a sus discípulos. Cómo esa era una tarea propia de los esclavos, Pedro quiso oponerse sorprendido de ver a su maestro en tal posición:
“No me lavarás los pies Jamás “, aseguró. Ante la negativa su Jesús le advirtió que si se negaba no continuaría como su discípulo. Entonces, el apóstol Pedro accedió a que le lavara “no solo los pies, sino las manos y la cabeza”.
Dos Sacramentos
Durante la última Cena, Jesús anunció a sus discípulos que no volverá a beber “el fruto de la vid”. Acto seguido se dirige a Judas Iscariote : “Lo que vas a hacer hazlo pronto”, dice a quien ya sabe que lo ha vendido por treinta monedas de plata, y el apóstol sale muy afectado.
Cuando vuelve a dirigirse a sus discípulos, Jesús tomó una hogaza de pan: “Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado, haced esto en memoria mía”. (Con esta frase instituye el Sacerdocio, al celebrar la que se sería la primera Misa) . Luego alzó una copa de vino: “Aquí está mi sangre, que por vosotros será derramada”.
La consagración del pan y vino nos aseguró a los católicos la comunión con Jesús.
Cada Jueves Santo, durante la Misa Crismal, se consagran los óleos utilizados para administrar los sacramentos del Bautismo y la Confirmación. Luego de la homilía, el obispo invita a la renovación de las promesas sacerdotales, que implica volver a consagrarse y ratificar su compromiso con Cristo y la Iglesia, reseñó Globovisión.
Hoy en día, son los sacerdotes quienes se encargan de dirigir la eucaristía , donde Cristo se hace presente en cuerpo y sangre, con el último mandamiento que nos dejó: “Amad al prójimo como a ti mismo”.