En Portugal, las autoridades investigan la existencia de redes de tráfico de personas y de trabajadores inmigrantes en condiciones de esclavitud en la localidad de Odemira, en la región sur del Alentejo.
Al escándalo se ha unido la aparición de casos de COVID-19 entre estos inmigrantes, lo que ha obligado a decenas de ellos a trasladarse a un complejo turístico.
Muchas de estas personas llegan de países muy lejanos, como Nepal o la India, traídas por contratistas para trabajar temporalmente en la agricultura, especialmente en los invernaderos de frutos rojos y en los campos de almendros y olivos. En los últimos meses, decenas de personas han denunciado a la policía que sus empleadores les retiran la documentación.
Trafico de personas en Portugal
«Los trabajadores de India, Pakistán, Nepal y Bangladesh están apoyando la agricultura portuguesa, pero, en el campo, el trabajo es muy duro y reciben salarios muy bajos», denuncia un empresario indio. Trafico de personas en Portugal
La pandemia ha contribuido a poner de manifiesto las malas condiciones sanitarias y de hacinamiento;en las que viven, situación que ha provocado el contagio.
«No soy feliz aquí, no hay reglas ni trabajo ni nada. Es muy duro vivir en Portugal, pero debo quedarme;si quiero conseguir la residencia», se lamenta un trabajador indio.
La polémica ya ha tomado forma, pero las sospechas vienen de lejos. Hace dos años el alcalde de Odemira;ya denunció la existencia de supuestos casos de tráfico de mano de obra en la localidad. Trafico de personas en Portugal
Puedes seguir leyendo: Portugal agradece a Alemania su ayuda por el COVID-19