Simón Petit
Lo primero que uno siente al leer este libro de Tarek William Saab, En Un Paisaje Boreal, es que comienza un viaje de sentires. Sí, así como lee, sentires. No de otra manera puede uno expresar tanta emoción manifiesta de su parte en los poemas que son testimonios y vivencias del poeta. En esencia la poesía es, por naturaleza propia, la voz de quien contempla y habla. El lenguaje ya es otra cosa, y sin embargo, también como vehículo de la palabra, éste asume que el viaje de Tarek involucra un acercamiento plural del poeta con sus lectores.
Como en todo viaje, el silencio que tenemos en determinado momento es recreado con la imagen del paisaje que vamos registrando, a veces conocido, en otras, apenas conociéndole; pero en todo caso, nos vamos llenando de los elementos que conforman el paisaje. Al menos, así disfruto mis viajes. Por eso digo, que con Tarek, sus textos nos convocan a una ruta que permite de forma fluida un discurso cuyo hilo conductor y temático nos lleva a su objetivo sin mayores complicaciones; aunque en realidad el propósito del poeta sea disfrutar la imagen de ese paisaje en la comodidad desde el jardín de su casa.
Hay en estos poemas la declaración y la dimensión de sus principios y valores humanistas. Por eso encontraremos en su contenido algunos textos que navegan, como decía Alí Primera, “entre la rabia y la ternura”, primero con la esperanza y los sueños que la derrota y la desilusión arropan, y después, con los gritos de la juventud nacida al fragor de las calles y la universidad protestona y desafiante. Es el reconocer y decir sin complejos “la alegría de ver a mis padres vivos/ por última vez/ y arrojar a su paso/ granos de maíz/ sin la imagen perforada/ del suplicio/ la inclemencia/ y el temor” y luego despedirlos con la frente en alto, con su voz quebrada en la melancolía, amenazando hacerse brasa de hielo y entrar a descansar arrullado a la miseria eterna.
En todo caso, es una apuesta a lo esencial. Donde se muestran los dientes con ira o con alegría, porque el tono va subiendo a medida que vamos leyendo, y es entonces cuando vamos encontrando detalles que suman a la construcción de una poética en función de su propia voz y cadencia. Por supuesto que la fijación de la fecha de estos escritos también nos ilustra cómo ha sido la madurez que va adquiriendo su escritura. El decir ahora es más sereno, más enfocado a lo que quiere transmitir.
Y tiene que ser así, el ejercicio poético da como resultado que los textos vayan al igual que la crisálida abandonando su capullo, o para seguir creciendo y avanzar, el ir cambiando de piel, y permítanme la analogía de ese proceso de transformación del poeta y su poesía, porque precisamente, la propuesta de valor siempre debe ser más audaz, sencilla, profunda y certera en el oficio a medida que crezca en su planteamiento.
Los otros paisajes que forman parte de su vida, y que ha visto en distintos escenarios donde hay dolor, muerte, desdicha, esperanza, alegría y emoción, van desencadenando todo el cuadro que al final nos muestra: un paisaje boreal lleno de una composición equilibrada, geométrica, con el contraste de colores y soportada en la descripción visual que cada cual se hace, ahora con el añadido de leer una obra artísticamente estable y consolidada en la entrega poética.
Un ejemplo son los textos siguientes de distintas etapas:
1990
IRACARA (Fragmento)
No todo está perdido
Exaltaré hasta el último sol
a mis camaradas
Querré hasta siempre lo imposible
procrearé a mis hijos navegando en un buque
a plena luz del día
TU
RUP RA (Fragmento)
Nos antecedían las duras ancas del paisaje…
Los que veníamos a lo lejos
extrañados de la niñez
fuimos a entregarnos intactos…
El Partido de la Revolución
latía
dentro
como la oscuridad de un idílico clasutro…
y años después
2006-2007
GULAN RUBANI
V
Gulan Rubani
Gulan Rubani
oyó historias
de un perdido
harem
Sherezade
moribunda
jamás tocó su lecho nupcial
sus manos se alejaron
de la cítara melodiosa
del aroma del azafrán
y del clavel
de la rosa
mustia
sin jardín
2021
UN TREN VIAJA AL OLVIDO
1
Un tren recorre el cielo oscuro
de la medianoche
y en sus andenes vacíos
viajo
del olvido
hacia ninguna parte
Un tren recorre los fondos del alma
a la medianoche
y en sus andenes vacíos
solo viaja el recuerdo
Hay algo que está presente en esta poesía, y es la unión del Oriente y el Occidente. Jorge Luis Borges siempre hacía alarde de las palabras que le gustaban del idioma alemán y en ocasiones las refería. Dos de ellas son Morgenland, que significa Tierra de la mañana, para hacer referencia al Oriente, y Abenland que significa Tierra de la Tarde. Para Saab, es obvio, que la tierra es una sola y así nos la muestra en sus textos, con la gentileza y virtud de invitarnos a ese tren donde el viaje nos lleva como decía al principio, a ese Paisaje Boreal que desde el jardín a lo lejos contempla, lejos del olvido.
26 de noviembre de 2021