“Papá estaba haciendo flexiones sobre mamá”.
Eso es lo que un niño de siete años le dijo a su vecino después de ver a sus padres teniendo sexo, según el post de su madre traumatizada en el foro Mumsnet.
El niño también interpretó con entusiasmo “los ruidos divertidos” que le oyó hacer a ella. Al parecer, eran “tan fuertes que le despertaron”.
El coitus interruptus abrió las puertas a otros padres que habían sido sorprendidos con los pantalones bajados.
Una madre recordó que su hijo de siete años gritó: “¿Estáis saltando en la cama? ¿Puedo jugar?”.
Otra relató la vez que su hija de ocho años entró y “se quedó parada”. Cuando el padre se dio cuenta de su presencia, fingió que tenía un ataque de asma.
Internet está lleno de historias igual de incómodas. Muchos de los hilos son iniciados por adolescentes. Algunos admiten que se excitan con lo que oyen (y en algunos casos incluso intentan mirar a escondidas).
Sin embargo, para la mayoría fue una experiencia desagradable.
Cómo afrontarlo
La sexóloga Jess O’Reilly dice que la forma de manejar la situación es muy importante.
“Si reaccionas con vergüenza, tu hijo reaccionará con vergüenza. Si reaccionas con vergüenza, tu hijo reaccionará con vergüenza”, dice.
En el caso de los niños más pequeños, lo más importante es establecer los límites. Tienen que aprender a llamar a la puerta antes de entrar porque su dormitorio es un “espacio privado”.
La experta anima a los padres a preguntar eventualmente a los niños qué han visto y si tienen alguna duda.
“Nadie quiere seguir con eso porque da mucho miedo que realmente tengas que responder a sus preguntas”, dijo O’Reilly. Sexo interrumpido
“[Pero] si no respondes a sus preguntas, lo hará Google o YouTube… y esas no son siempre fuentes fiables”.
La edad media a la que los niños ven porno por primera vez es de 10 años, dijo a la CNN la educadora en salud sexual Amy Lang, de Birds + Bees + Kids.
Sin orientación sobre cómo filtrar los mensajes sexuales, los niños podrían aprender un guión sexual inapropiado, para objetivar a las mujeres u otros clichés.
O’Reilly añade que, aunque los padres son los máximos expertos en lo que su hijo puede manejar y a qué edad, los niños deben saber que el sexo forma parte de una relación sana.
“Hay que promover el diálogo en torno al sexo, aunque uno se sienta incómodo. Si puedes limpiar sus cacas, puedes hablarles de sexo.
Esto significa que deben conocer los nombres adecuados de sus genitales desde el principio.
Es más probable que los niños mayores se sientan algo mortificados al ver (o escuchar) a sus padres “haciéndolo”. Sexo interrumpido
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