Este sábado, Afganistán celebra elecciones presidenciales en una elecciones amenazadas por el fraude, las abstención y los atentados, que durante la jornada ya ha dejado al menos un muerto y 15 heridos.
En este sentido, se celebran los comicios en un momento que en el diálogo entre los talibanes y los estadounidenses esta en un punto muerto, lo que aleja la perspectiva de una conversación interafgana, entre el gobierno y los insurgentes, para lograr la paz.
Además, 9.6 millones de electores fueron desanimados para que no acudieran a las urnas, puesto que los talibanes multiplicaron las advertencias. El jueves aseveraron que sus muyahidines estarán vigilando «las oficinas y centros [de votación] en los que se desarrolle este espectáculo».
Por otra parte, a media jornada el saldo es de un muerto y dos heridos en un ataque en Jalalabad (este) y otros 15 heridos cerca de un centro de votación en Kandahar, en el sur. También se cometieron ataques con granadas y bombas que no han causado víctimas, informaron las autoridades locales.
Amenazas de ataque
El ministerio afgano del Interior anunció el despliegue de 72.000 hombres para vigilar los casi 5.000 centros electorales en todo el país, que abrieron sus puertas a las 7H00 (2H30 GMT) y tienen previsto cerrarlas a las 15H00. Asimismo, desde el miércoles por la noche todos los camiones y camionetas tienen prohibido acceder a la capital para evitar los atentados con vehículos bomba.
«Sé que hay amenazas, pero las bombas y los ataques forman parte de nuestro día a día», contó a la AFP Mohuiudin; un votante de 55 años en Kabul. «No tengo miedo, si queremos poder cambiar nuestras vidas tenemos que votar».
La campaña electoral comenzó a finales de julio marcada por un atentado que dejó 20 muertos. Desde entonces, más de 100 personas fallecieron, víctimas de ataques reivindicados por los talibanes.
Cuartas presidenciales en Afganistán
En la historia de Afganistán están son las cuartas presidenciales que se realizan desde la última celebra en 2004.
Destacan como favoritos el actual presidente, Ashraf Ghani, y su primer ministro, Abdulá Abdulá; aunque 18 candidatos aspiran a convertirse en jefe de Estados con un mandato de cinco años.
Luego de haber ejercido su derecho al voto, Ghani declaró que «estas elecciones allanarán el camino para que avancemos hacia la paz con verdadera legitimidad».
El jefe de Estado confía en que una reelección le convierta en un interlocutor imprescindible para negociar con los talibanes, quienes por el momento han declinado dialogar con él y le consideran un «títere» de Washington.
Las autoridades afganas por su parte, aseguraron haber tomado todas las medidas necesarias para evitar fraudes, desplegando toda una batería de medios técnicos, incluidos lectores biométricos. Los resultados preliminares de la votación se conocerán el 19 de octubre y los definitivos, el 7 de noviembre.
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