El número de presuntos miembros de una secta cristiana que ayunaron hasta morir en el sur de Kenia ha aumentado de 145 a 150, mientras siguen las excavaciones en busca de más cadáveres en un bosque.
Según declaraciones policiales, recogidas por medios locales, en la madrugada del jueves se encontraron otros cinco cuerpos en fosas y lograron salvar a dos personas.
La comisionada regional de policía de la Costa keniana, Rhoda Onyancha, precisó que 72 miembros de la secta han sido rescatados con vida hasta la fecha en el bosque de Shakahola, en el costero condado de Kilifi, donde sucedieron los hechos.
Casi 600 familias han denunciado la desaparición de seres queridos, aunque no está claro que todos los casos estén relacionados con esta secta.
Adelantan las investigaciones sobre esta masacre
Las autopsias de más de un centenar de cuerpos evidenciaron que, si bien todos mostraban signos de inanición, los cadáveres de al menos tres menores y un adulto tenían también rastros de estrangulación y asfixia.
Además, según las primeras investigaciones de la Policía, los fieles eran forzados a seguir con el ayuno aunque quisieran abandonarlo.
Este miércoles, el tribunal de Shanzu, en la ciudad costera de Mombasa, ordenó extender durante treinta días la detención del líder de la secta que presuntamente persuadió a las víctimas para ayunar, el pastor Paul Mackenzie Nthenge, junto con su mujer y otros 16 sospechosos.
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