¿Sabes cada cuánto debes cambiar tu almohada? Ten en cuenta estas recomendaciones

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nasar ramadan dagga
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¿Cuándo fue la última vez que decidiste cambiar tu almohada? Ten en cuenta estas recomendaciones porque son un elemento de gran importancia para disfrutar de un descanso reparador.

Si los cojines están en malas condiciones, causan malestar corporal y perjudican tu salud. Por eso es necesario que sepas cada cuánto cambiar tu almohada.

Tal como ocurre con el colchón, las almohadas agotan su comodidad.

Quiere decir que, cumplido su período útil, pierden confortabilidad.

Además, lucen antiestéticas y antihigiénicas.

La importancia de cambiar tu almohada cada cierto tiempo

Descansamos bien solo si hay alineación entre la cabeza, el cuello y la columna vertebral. La almohada tiene mucho valor en este propósito.

Cuando disponemos de una almohada cómoda beneficiamos el descanso reparador que, como expone la Sociedad Mundial del Sueño, es necesario para el funcionamiento diario.

Además de promover el buen descanso y prevenir el dolor, al cambiar de almohadas contribuyes con tu higiene y reduces las alergias.

¿Cómo es posible? A las almohadas se adhieren fluidos corporales y células muertas de la piel, convirtiéndolas en un caldo de cultivo para el moho, los hongos y los alérgenos.

almohada

¿Cada cuánto cambiar tu almohada?

La Fundación del Sueño refiere que, en teoría, las almohadas deberían cambiarse cada 1 o 2 años, pues es la forma de asegurar que los cojines apoyen, estén limpios y sin alérgenos. Es necesario que estos objetos conserven una condición adecuada para que sostengan la cabeza durante el sueño y favorezcan la postura con relación a la columna.

Perdió altura

Cada vez que usas la almohada, se comprime un poco, aunque no lo notes. La compresión aumenta todas las noches; a medida que se aplana, la almohada pierde funcionalidad y causa molestias.

Deformidad

Si dejaste de sentir que tu almohada es acolchada y, por el contrario, la encuentras dura, hay que reemplazarla. Las deformaciones representan una alerta para el cambio.

Haz la siguiente prueba: toma el almohadón e intenta doblarlo por la mitad. ¿Lo lograste? Entonces toca conseguir otro.

Presentas alergias

En las almohadas es fácil que se instalen microorganismos, como los ácaros del polvo. Los efectos de esta contaminación se traducen, entre otros, en secreción nasal, erupciones, picor en la garganta y problemas para respirar.

Manchas rebeldes y olores desagradables

Esas manchas amarillentas impresas en la almohada resultan de tu sudor, los aceites corporales, acostarse con el cabello mojado o el excremento de ácaros. A esto se suma el mal olor que, a veces, adquiere el cojín. Si lavas el almohadón, pero la marca y el hedor persisten, es momento de reemplazarlo.

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