En el corazón de Colombia, a solo una hora de la bulliciosa Bogotá, se encuentra un tesoro único, la Catedral de Sal de Zipaquirá.
Catedral de Sal de Zipaquirá
Ubicada a 180 metros bajo tierra en una antigua mina de sal, esta obra maestra de la ingeniería y la fe invita a los visitantes a embarcarse en un viaje extraordinario a través de la historia, la religión y la naturaleza.
Al descender a las profundidades de la mina, los visitantes son recibidos por una atmósfera fresca y serena, impregnada de la fragancia mineral de la sal.
Un viacrucis iluminado guía el camino a través de estaciones que representan la pasión y muerte de Jesucristo. Esculturas de tamaño natural, talladas en la roca salina, y efectos de luz y sonido crean una experiencia conmovedora y memorable.
Un recorrido por la historia y la cultura
Más allá del viacrucis, la Catedral de Sal ofrece un recorrido fascinante por la historia de la región y la cultura colombiana. Los visitantes pueden admirar réplicas de estructuras precolombinas, conocer los procesos de extracción de la sal y descubrir la importancia de este mineral para el desarrollo del país.
Un paraíso para los amantes del arte
La Catedral de Sal alberga una impresionante colección de obras de arte religioso y profano, esculpidas en la roca salina por artistas colombianos e internacionales. Entre las piezas más destacadas se encuentran una réplica de la Última Cena de Leonardo da Vinci y una escultura de la Virgen María de 16 metros de altura.
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