Este sábado, se presentó una crisis en Sri Lanka tras la renuncia del primer ministro, Gotabaya Rajapaksa a raíz de las protestas que se evidenciaron, llegando al asaltó residencial presidencial.
Unos minutos antes de las manifestaciones, el Primer Ministro huyó a un lugar seguro. Y desde su resguardó anunció su renuncia y acordó que todos los partidos formen un nuevo gobierno.
Una de las razones es que el 70% de los hogares de Sri Lanka recortaron su consumo en alimentos y la inflación del precio de la comida ronda el 57%, según una encuesta de Naciones Unidas.
Aunado que 22 millones de habitantes está sin combustible, y además faltan varios días hasta la llegada de nuevas entregas en el país.
Es la segunda vez que se presenta un estallido social en Sri Lanka, pues en mayo, las protestas tumbaron al gobierno del primer ministro Mahinda Rajapaksa.
A pesar de la crisis en Sri Lanka, los problemas continuaron y temen nuevos choques entre las fuerzas de seguridad y una población a esta altura enardecida.
Los pobladores están cansados de los cortes de luz rotativos y de las largas colas para cargar combustible. Al punto que han cerrado escuelas y oficinas durante la semana para evitar que la gente use el transporte.
Días antes, los médicos, personal de salud, docentes y los bancarios de la capital, Colombo, marcharon para protestar por la falta de nafta y gasoil para cumplir con sus funciones.
“La situación es insostenible para las personas comunes”, dijo un dirigente sindical docente.
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