Durante las primeras tres fechas de la Copa América se evidenciaron muchas gradas vacías en los estadios, situación que preocupa al Presidente de Conmebol, Alejandro Domínguez, no obstante aseguró estar convencido de que las canchas se llenarán conforme avance el torneo.
Al menos 46.000 fanáticos pagaron alrededor de 125 dólares para ver el encuentro inaugural donde Brasil goleó a Bolivia por 3-0. Sin embargo, alrededor de 22.000 asientos permanecieron vacíos el estadio Morumbí. Los organizadores inicialmente garantizaron que estaría lleno.
En el empate a dos entre Paraguay y Catar, 20.000 espectadores acudieron al estadio Maracaná de Río de Janeiro, el cual tiene capacidad para 87.000. La misma situación se vivió en los otros encuentros:
- Arena Gremio (60.000 personas): 11.000 asistieron al empate a cero entre Venezuela y Perú.
- Fonte Nova de Salvador (50.000): 35,000 espectadores acudieron al triunfo de Colombia 2-0 sobre Argentina, uno de los partidos más esperados de la primera ronda.
- Mineirao de Belo Horizonte (62.000): alrededor de 13.600 personas vieron la goleada Uruguay sobre Ecuador por 4-0.
“Nos preocupa, desde luego que nos preocupa. Creo que es algo que va a mejorar”, expresó Domínguez tras un evento de la entidad rectora del fútbol sudamericano en Río.
Crisis de Brasil afecta venta de boletos
Por su parte, el comentarista de la red brasileña TV Globo Luis Roberto indicó que “no es que la gente no quiera venir”, refiriéndose al costo de las entradas. Las más accesibles cuestan el equivalente a 30 dólares, el doble del valor de un boleto para los partidos del Brasileirao.
Este año el salario mínimo en Brasil llegó a 256 dólares, con un ajuste a causa de la crisis económica que sufre el país. Adicionalmente, más de 13 millones de ciudadanos se encuentran desempleados, una situación peor que cuando organizaron la Copa Mundial en 2014.
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