El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó este sábado el proyecto de ley sobre violencia con armas más amplio en décadas del país.
El mandatario de la Casa Blanca expresó que con ello “se salvarán vidas”, en el que citó a las familias de las víctimas de los tiroteos además que “su mensaje para nosotros fue que hiciéramos algo. Pues bien, así lo hemos hecho hoy”, afirmó.
La Cámara de Representantes dio su aprobación final el viernes, luego del aval del Senado el jueves.
La legislación endurecerá las verificaciones de antecedentes para los compradores de armas más jóvenes; mantendrá las armas de fuego fuera del alcance de más delincuentes de violencia doméstica y ayudará a los estados a implementar leyes que faciliten a las autoridades despojar de sus armas a personas consideradas peligrosas.
Biden dijo que el compromiso elaborado por un grupo bipartidista de senadores “no tiene todo lo que quiero”, pero “sí incluye acciones que he pedido desde hace mucho tiempo y que van a salvar vidas”.
“Sé que hay mucho más trabajo por hacer y nunca me rendiré, pero este es un día monumental”, declaró el presidente, quien para la firma estuvo acompañado por su esposa, Jill, una exmaestra.
Joe Biden y el control de armas
El presidente manifestó que el próximo 11 de julio organizarán un evento para legisladores y familias afectadas por la violencia armada.
Biden firmó la iniciativa dos días después del fallo de la Corte Suprema, ya que habían anulado una ley de Nueva York que restringía la capacidad de las personas para portar armas ocultas.
Si bien la nueva ley no incluye restricciones más estrictas defendidas durante mucho tiempo por los demócratas «como la prohibición de armas tipo asalto y la verificación de antecedentes para todas las transacciones de armas», es la propuesta de ley contra la violencia con armas de fuego más impactante producida por el Congreso desde la promulgación de una ley de 1993 que prohibió las armas de asalto y que venció hace mucho tiempo.
Suficientes republicanos se unieron a los demócratas en el Congreso para apoyar los cambios legislativos después de los recientes tiroteos en Buffalo, Nueva York y Uvalde, Texas. Fueron semanas de conversaciones a puerta cerrada, pero los senadores llegaron a un compromiso.
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