Vivimos en tiempos en que los niños tienen una exposición muy temprana a la tecnología. Hace años, los niños salían a la calle a jugar, montaban bicicletas y patines, mantenían una actividad física frenética que permitía el desarrollo motor.
Sin embargo, es increíble ver como hoy en día los pequeños de la casa, tienen a su disposición una cantidad enorme de dispositivos que comparten la crianza con sus padres: la televisión, las tablets, videojuegos, teléfonos móviles, entre otros aparatos de entretenimiento que mantienen a los niños ocupados durante el día. ¿Pero qué sucede cuando ellos tienen acceso ilimitado e influyen en el desarrollo de nuestros pequeños?
El aporte que indudablemente estas novedosas herramientas les brinda a los niños son beneficiosas, tanto que favorece el contacto con el mundo exterior, la comunicación interpersonal y son un elemento innovador de entretenimiento. Sin embargo, su utilización va acompañada de riesgos y daños como: el desarrollar hábitos de vida no saludables, la recepción de información inexacta, el acceso a contenidos inadecuados o perjudiciales, la violación de la intimidad y el acoso cibernético.
La utilización del internet está presente en los niños desde muy temprana edad. Estudios relevan que el 43,6%, de los menores entre los tres y seis años, hacen uso de la tecnología, mientras que es el 90% de los adolescentes, se conectan a la red, desplazando de está forma la televisión.
Según datos de 2017 del Observatorio Nacional de las telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (ONTSI), el 94,2% de los hogares con niños dispone de ordenador, el 77,6% de tablets y el 95,6% tiene acceso a internet en la vivienda. Siete de cada diez niños de 10 a 15 años disponen de teléfono móvil y más del 90% han usado Internet en los últimos 3 meses.
Para nadie es un secreto que el internet, es una potente herramienta didáctica y de gran utilidad para las tareas escolares.
Como riesgos pueden dificultar la comunicación intrafamiliar y restar tiempo para otras actividades, exponer a los menores a información falsa, o contenidos inapropiados, además de exponerles a comprometer su privacidad. También pueden ver alterado su sueño y fomentar el sedentarismo.
La verdadera enseñanza de los niños está en manos de los padres y con una adecuada supervisión de ellos, la tecnología puede llegar a ser una gran aliada en el desarrollo intelectual de los niños que son definitivamente parte de una nueva generación.
Así como incentivar también las interacciones sociales en los más pequeños para que desarrollen un amplio entendimiento en la sociedad en la que se desenvuelve.
Con Información de Cactus 24
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