Los bombillos ahorradores se crearon para un ahorro óptimo de la energía, puesto que tienen una duración de hasta 8.000 horas, pero consumen una quinta parte de la electricidad. Sin embargo, cuando se termina su vida útil pueden ser peligrosos, tanto para las personas, como para el medio ambiente.
Una vez se deterioran, se recomienda desecharlos adecuadamente, sin intentar repararlos o reutilizarlos como se hace últimamente. Los bombillos poseen mercurio en estado gaseoso, el cual tiene graves consecuencias para la salud y el ambiente.
“Un solo bombillo ahorrador podría contaminar 25 mil vasos de agua. Es por eso que se consideran peligrosos y una vez que quedan sin utilidad deben manejarse por personas expertas en la materia ya que la manipulación de los mismos por personas inexpertas es contra la ley”, explicó Carlos Gómez, gerente general de Vitaambiente.
La organización venezolana utiliza un modelo integrado de gestión para el acopio, transporte y procesamiento (reciclaje, reúso, revalorización o transformación) de materiales y desechos peligrosos.
Cuando los bombillos se rompen, despliegan el mercurio en vapor que poseen y el 80% de este metal que se inhale se retiene en el organismo. Al absorberse, se distribuye por todo el cuerpo, inclusive llega al cerebro, lo que afecta de manera directa al sistema nervioso central.
Además, su inhalación prolongada puede generar mareos y dificultad para respirar, señaló la Escuela de Química de la Universidad Industrial de Santander (UIS) en Colombia.
Igualmente, durante una entrevista a con la BBC, el portavoz de la Fundación Dermatológica Británica, John Hawk, señaló que los bombillos pueden causar fotosensibilidad.
“Emiten radiaciones electromagnéticas que, como es lógico, pueden llegar a alterar determinadas proteínas de la piel y producir así una reacción alérgica”, destacó Hawk.
Aprende a desechar los bombillos correctamente
Lo aconsejable es que una vez que vida útil expire apartarlos de los demás desechos y colocarlos aparte en una caja.
Asimismo, especialistas recomiendan ponerlos en una bolsa en primer lugar, con el fin de evitar que el mercurio se salga al medio ambiente en caso de romperse.
Si el bombillo llega a romperse en el hogar se aconseja abrir ventanas, desalojar la habitación y dejar que circule el aire por aproximadamente 15 minutos.
Para recoger los desechos, se debe utilizar guantes, tapabocas y colocar los pedazos dentro de la bolsa y la caja.
Si en la comunidad o la ciudad existe un centro de reciclaje lo ideal es llevarlos hasta ese lugar ya que los expertos en manipular estos desechos son las personas más idóneas para disponer de ellos, sin que represente ningún peligro.
Con información de El Universal
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