La exsenadora Piedad Córdoba renunció este lunes a su candidatura a la presidencia de Colombia. “Quisiera que mi decisión sea entendida como lo que realmente es: un acto ineludible para lograr el objetivo con el que sueñan millones de colombianos”, expresó.
Agregó que “mi retirada de la carrera electoral no presupone, en modo alguno, mi retirada de la política. Para mí, la política es una pasión”.
Aseguró que no hay un heredero más legítimo que ella misma y sus seguidores de la lucha de Gaitán. “Nos reafirmamos como legítimos herederos de la visión del doctor José Eliecer Gaitán de una Colombia mejor, más justa, más equitativa; una Colombia de progreso, desarrollo y modernidad”, dijo. Sin embargo, no habló de alianzas. Aseguró que esas prácticas son pactos que se dan a espaldas de la gente para repartir cargos y burocracia.
Destacó que continuará por su gira en el país neogranadino, por lo que no dio ninguna instrucción a sus electores frente a alguna especie de coalición de cara a la primera vuelta presidencial. Lo que sí dejó en evidencia es que su lucha por implementar el Acuerdo de Paz y tender puentes para lograr un proceso más amplio con otros sectores armados será el eje central de su tarea, de ahora en adelante.“Me comprometo a trabajar por la paz. A batallar por la paz”, agregó la excandidata presidencial.
Fue muy crítica con el rol que se les ha dado a las mujeres en la contienda electoral, particularmente, porque las únicas dos aspirantes a la Casa de Nariño no han sido invitadas a los debates presidenciales.
“La semana pasada asistimos a un espectáculo bochornoso que demuestra cómo el machismo sigue firmemente anclado en el establecimiento político y mediático. Tanto la candidata Viviane Morales como yo fuimos excluidas de los debates presidenciales que tuvieron lugar en Medellín y en Barranquilla”, concluyó Córdoba, argumentado que se evidenció un acto de discriminación absoluto.
Con información de Panorama
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