Las relaciones sexuales y el sexo en el embarazo; probablemente no puedan ser igual que antes. Debemos evitar algunas posturas que antes practicábamos con normalidad. Y es que en ningún momento la embarazada debe sufrir presión, dolor o incomodidad durante la práctica del sexo; y además al final de la gestación puede perder flexibilidad debido a sus nuevas curvas.
En estos momentos, el diálogo y la comprensión entre la pareja son fundamentales; comunicándose abiertamente se llegará a un acuerdo para coincidir en la mejor forma de manener relaciones sexuales placenteras. Además, habremos de tener en cuenta los cambios en el modo de vivir la sexualidad durante cada etapa del embarazo.
Posturas sexuales durante el embarazo
Las posturas más aconsejables son las que no produzcan presión abdominal en la futura mamá. Hay que procurar en todo momento estar cómoda, para lo cual se pueden utilizar cojines o almohadones para apoyarse. Éstas son las posiciones más recomendada para mantener relaciones sexuales sin daño para la embarazada o el bebé:
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De lado: ambos tumbados de costado con la espalda de la mujer pegada al pecho del hombre. Esta postura suele señalarse como la mejor durante el embarazo, ya que impide que se ejerza presión sobre el abdomen y los pechos de la mujer.
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La misma posición a lo largo, pero dándose la cara, formando cierto ángulo entre los torsos para no apretar el vientre de la mujer, aunque en este caso la penetración es poco profunda.
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La mujer sentada sobre el hombre (éste permanecerá tumbado, sentado o recostado), lo que le permitirá a ella un mayor control sobre los movimientos, el ritmo y la penetración.
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La mujer se puede poner con brazos y rodillas apoyadas (“a gatas”) y el hombre detrás, de rodillas o de pie si ella se sitúa al borde de un lugar elevado (cama, sofá…). De esta manera no existe ninguna presión y el vientre no pesa.
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La mujer tumbada de lado con las piernas dobladas en L y el hombre apoyado en sus rodillas penetrando desde atrás.
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El coito de pie, con la mujer recta o inclinada hacia delante, con un buen apoyo, y el hombre detrás controlando la penetración también podría funcionar.
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La postura del misionero no se recomienda una vez esté avanzado el embarazo, ya que la mujer no debería reposar sobre su espalda demasiado tiempo ni aguantar el peso de su pareja sobre el vientre. Si la pareja se sitúa encima, habrá de sostener su propio peso con las manos para no presionar la barriga de la madre.
Finalmente, recordemos que si por algún motivo el médico desaconseja que se practique sexo con penetración, habrá que consultarle la posibilidad de mantener otras relaciones íntimas.
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