A veces el móvil parece la extensión natural de nuestro brazo. Lo tenemos siempre con nosotros, suele ser lo primer que miramos al despertar, y lo último a lo que echamos un vistazo al ir a dormir.
Los teléfonos móviles son una herramienta esencial en nuestro día a día. No solo nos mantiene comunicados, sino que prácticamente manejamos toda nuestra vida desde estos aparatos.
Desde muy pequeños, los niños comienzan a utilizarlos y ni qué decir los adolescentes y adultos. Sin embargo, ese uso indiscriminado, podría traernos graves problemas de salud. Como sufrir de nomofobia, que aunque aún no es considerada una patología, podríamos estar padeciendo sin darnos cuenta.
¿Qué es la nomofobia?
La nomofobia es el miedo incontrolable e irracional a estar sin el celular y el término significa “no-mobile-phone phobia”. Una condición que produce dependencia absoluta por estos equipos llevada al extremo. A punto de generar altos niveles de ansiedad y estrés si la batería del móvil está por acabarse y mucho peor si no llevaste el cargador.
Otros síntomas comunes que produce esta adicción al celular y el miedo a salir de casa sin él son las palpitaciones, sensación de ahogo, angustia, desesperación y la alteración del sueño.
Síntomas de la nomofobia
La nomofobia no está considerada todavía como una patología o un trastorno del comportamiento; Pero lo cierto es que es consecuencia de una adicción, de un uso desmedido del teléfono inteligente, generalmente para todo menos para hablar. Y lo más curioso es que esta dependencia lleva a un aislamiento social, ya que la relación con el exterior se hace a través del WhatsApp, las redes sociales, los juegos online, etc.
Se busca pareja por internet y se rompe con ella utilizando el WhatsApp, se mantienen conversaciones con muchos desconocidos y se cuelga cada detalle (imágenes, vídeos o cometarios) de la propia vida en las redes sociales. Y éste es un problema que se da con mayor frecuencia entre los jóvenes y especialmente los adolescentes.
¿Qué ocurre si se corta este hilo conductor de las relaciones sociales?: surge la ansiedad, nerviosismo, taquicardias, pensamientos obsesivos, dolores de cabeza y de estómago, resistencia al estrés e incluso ataques de pánico. Y todos ellos son propios de una situación de dependencia o adicción.
Una persona con nomofobia es fácilmente reconocible porque:
Mira constantemente su móvil para ver si ha recibido algún mensaje.
Roba horas al sueño para sumergirse en las redes sociales.
No quiere ir a ningún sitio en el que no haya cobertura.
No apaga el móvil en ningún momento.
Siempre está pendiente de localizar un enchufe que le permita recargar la batería.
En una palabra, no es capaz de desconectarse del mundo electrónico que se ha construido pues para él significa no existir, lo que da nombre a otros de los trastornos relacionados con la dependencia del móvil y al que recientemente se ha bautizado como fomo, del inglés fear missing out (miedo a estar desconectado).
Dejemos de depender tanto de los teléfonos móviles. La vida no se experimenta a través de un dispositivo.
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