El pasado viernes, Apple lanzó al mercado estadounidense sus esperadas gafas de realidad mixta Vision Pro. El último gran invento del gigante tecnológico, el primero que desvela en casi una década, es un ordenador facial similar a una máscara de esquí que combina realidad virtual y realidad aumentada para integrar todo tipo de objetos digitales al entorno físico que nos rodea.
Apple tiene que afirmar que Vision Pro es el comienzo de algo nuevo porque la gente lleva más de una década fabricando ordenadores con auriculares. Probé un prototipo de desarrollo del primer Oculus Rift en 2013, y Adi Robertson de The Verge, quien editó esta revisión, probó básicamente todos los auriculares que se han lanzado desde entonces.
Todo ese desarrollo significa que hay algunos productos bastante buenos: el primer Oculus evolucionó hasta convertirse en la línea Quest en Meta, que ahora comercializa el Quest 3, un casco de realidad virtual muy bueno con una enorme biblioteca de juegos y algunas características de realidad aumentada. propio, que cuesta $500.
Mientras tanto, Apple, desde Tim Cook en adelante, ha insistido en gran medida en que la realidad aumentada será mucho más valiosa que la realidad virtual.
Y se ha estado avanzando hacia la RA durante mucho tiempo: los desarrolladores tienen acceso a herramientas de RA en iOS, y los iPhones y iPads de gama alta tienen escáneres de profundidad LIDAR desde hace algunos años.
Vision Pro es el primer intento de Apple de construir una computadora a partir de todas esas ideas: una computadora que funcione en el espacio que te rodea. El objetivo es que Vision Pro sea un dispositivo completo que pueda ubicarse junto a la Mac y el iPad en el ecosistema de dispositivos de Apple y le permita realizar un trabajo real.
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