Una semana después del paso del huracán Dorian, las Bahamas se prepara para enfrentar una larga crisis humanitaria.
Además, el balance provisional del desastre, entregado por las autoridades del archipiélago no ha cambiado desde el viernes por la noche: 43 muertos. Sin embargo, advierten que el número estaba escalando.
Del mismo modo, sobrevivientes en la isla de Ábaco declararon a AFP que temían lo peor.
«Hay muertos en todas partes», «los cuerpos siguen tirados», dijeron mientras intentaban por todos los medios abandonar su isla; privada de agua y electricidad, donde los desechos se acumulaban en medio de los escombros y bajo un calor intenso.
No enfrentan ninguna epidemia
Ante la situación y los riesgos sanitarios, el Ministerio de Salud Bahameño y la Organización Panamericana de la Salud aseveraron el sábado en un comunicado conjunto que Bahamas no enfrenta ninguna epidemia actualmente.
«Ninguna isla en las Bahamas ha sido puesta en cuarentena», dice el texto. «Las inundaciones pueden aumentar potencialmente la transmisión de enfermedades contagiosas relacionadas con el agua. No obstante, por el momento no se ha detectado ningún caso de cólera, ni ha aumentado el número de enfermedades infecciosas debido al huracán», añadió.
También, Dorian dejó al menos 70.000 personas sin hogar en las islas más severamente afectadas, Ábaco y Gran Bahama, de acuerdo con la ONU, cuyo Programa Mundial de Alimentos ha entregado casi 15.000 comidas y toneladas de equipos en la región.
La devastación causada por el huracán durará «generaciones», había advertido el jueves al primer ministro del archipiélago, Hubert Minnis; mientras Bahamas se prepara para enfrentar una larga crisis humanitaria.
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