Después de dos años de pandemia, los Diablos Danzantes regresan a las calles a celebrar el Corpus Christi y así hacerle una veneración al Santísimo.
Después del Domingo de Resurrección se espera 60 días para festejar el Corpus Christi.
Sus orígenes se remontan hace 400 años, cuando se unen sincretismo de la Iglesia Católica con las creencias populares de los ascendentes africanos.
Esta manifestación cultural y religiosa de la costa central de Venezuela está conformada por 11 cofradías, que representan los Diablos Danzantes.
Patrimonio Inmaterial de la Humanidad
En el 2012, la UNESCO declaró a los Diablos Danzantes de Corpus Christi como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Después de las restricciones por la pandemia, vuelven a las calles a celebrar el día.
Se trata de promeseros que visten indumentarias coloridas y máscaras de diablos; mientras que los devotos colaboran con los preparativos de altares y ofrendas.
Por su parte, la iglesia católica cumple el papel de escenificar la eucaristía. Mientras que los Diablos Danzantes bailan por el pueblo; al ritmo de maracas, cajas, tambores o instrumentos de cuerda para espantar al maligno, hasta rendirse sumisos ante el Santísimo.
La única cofradía que incorpora una mujer en su baile, “La Sayona”, es la de los Diablos de Yare. Pues, su papel es confeccionar los trajes y darle soporte a la festividad.
Las cofradías que conforman los Diablos Danzantes de Corpus Christi de Venezuela son: Diablos de Yare, los Diablos de Naiguatá, los Diablos de la Costa, Cofradía de Chuao, Cofradía de Turiamo y las jóvenes Cofradías de Cata y Cuyagua; Cofradías de Patanemo y San Millán; Las Diabladas de Tinaquillo y San Rafael de Orituco.
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