Una niña de dos años murió a causa de una descarga eléctrica después de tocar un cargador de teléfono móvil en una población al noreste de Brasil.
Sara Alves de Albuquerque fue trasladada de urgencia al hospital, pero falleció a pesar de los mejores esfuerzos de los médicos.
Niña murió electrocutada con cargador de teléfono
Los informes no han indicado la marca del teléfono o si era un cargador de una marca reconocida.
La alcaldesa local, Emanuelle Gomes Martins, rindió homenaje a la niña en Facebook.
Escribió: “El gobierno de Erere expresa un profundo pesar por la muerte de la niña Sara Alves de Albuquerque.
“En este momento de profundo dolor, la administración pública municipal se solidariza con familiares y amigos, y expresa su más sentido pésame por la indescriptible pérdida”.
La muerte del bebé es la última de una serie de descargas eléctricas mortales similares.
En 2019, Sun Online informó que Kittisak Moonkitti, de 28 años, fue encontrado muerto en su habitación con marcas de quemaduras en la mano y el antebrazo mientras aún sostenía su teléfono.
Su madre Rinnaporn, de Chonburi, en el oeste de Tailandia, hizo el terrible descubrimiento cuando estaba a punto de irse a trabajar.
Encontró a Kittisak muerto, pero sosteniendo su teléfono inteligente Android negro, que estaba enchufado a la corriente alterna mientras jugaba.
Otras muertes por impacto
Sus manos y brazos tenían marcas de quemaduras y cuando lo pinchó con un palo no respondió.
Y el año pasado, también en Tailandia, el cuerpo de Supakhet Saraboon, de 35 años; fue descubierto acostado en su cama en Phra Nakhon Si Ayutthaya.
Lo encontraron con auriculares enchufados a los oídos; conectado a un teléfono inteligente que estaba enchufado a un cable de extensión conectado a la red eléctrica.
En diciembre de 2020, informamos de la muerte de una mujer en Rusia después de sufrir una descarga eléctrica masiva cuando el iPhone que se estaba cargando se cayó en la bañera.
Olesya Semenova, de 24 años, fue encontrada por su compañera de cuarto en su casa en la ciudad de Arkhangelsk.
«Grité, la sacudí, pero estaba pálida, no respiraba y no mostraba signos de vida»; le dijo el operador de emergencias al operador de emergencias; una amiga angustiada llamada Daria, una agente de bienes raíces.
«Cuando la toqué recibí una descarga eléctrica.
«Había un teléfono inteligente en el agua, se estaba cargando», agregó Daria.
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