El Lunes Santo, segundo día de la Semana Santa, se conmemora un doble evento de gran significado para la fe cristiana: la purificación del Templo de Jerusalén y la unción de Jesús en Betania.
La purificación del Templo
Según los Evangelios, Jesús, al entrar a Jerusalén, encontró el Templo convertido en un mercado. Indignado, expulsó a los mercaderes y cambistas, proclamando que la casa de Dios debía ser un lugar de oración.
Este acto simboliza la lucha de Jesús contra la corrupción y la mercantilización de lo sagrado.
La unción en Betania
En el Evangelio de San Juan, se narra cómo María de Betania, hermana de Lázaro, ungió los pies de Jesús con un perfume costoso.
Este acto, interpretado como una anticipación de la sepultura de Jesús, refleja la profunda devoción de María y su conocimiento del destino que le aguardaba al Maestro.
Semana Santa 2024: Lunes Santo, entre la purificación y la unción
En el Lunes Santo, se conmemora la autoridad de Jesús sobre el Templo y su mensaje de purificación tanto física como espiritual. Se recuerda también la entrega y el amor de María hacia Jesús, anticipando su sacrificio por la humanidad.
Las procesiones del Lunes Santo son una forma de celebrar estos eventos.
En ellas, se suele llevar imágenes de Jesús con un látigo, representando la purificación del Templo, y de María de Betania ungiendo sus pies.
El Lunes Santo nos invita a reflexionar sobre la importancia de mantener un corazón puro y libre de avaricia, y a entregar nuestra vida a Dios con amor y devoción, imitando el ejemplo de María de Betania.
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