Para nadie es un secreto que a la hora de almorzar es fácil caer en lo cotidiano. Es por eso que aquí te traemos una receta diferente y fácil de hacer.
Combinar gustos es una de las cosas mágicas de la cocina. Unir sabores siempre será una práctica amena para consentir al paladar.
En este caso, una deliciosa preparación de pollo en salsa de piña, miel y soya. Lo agridulce toma el protagonismo en esta buena receta.
Ingredientes:
250 gramos de piña natural
3 dientes de ajo
20 gramos de jengibre fresco
60 gramos de miel
80 mililitros de salsa de soya
4 ramitas de cilantro fresco
1 cucharada grande de aceite de sésamo (opcional)
1/2 cucharada pequeña de sal
Pimienta negra
Aceite de oliva extra virgen
4 pechugas de pollo
Preparación:
Empieza preparando los ingredientes para la salsa de piña, corta la fruta en cuadritos, recogiendo el jugo que desprenda. Pela los dientes de ajo y el jengibre y pícalos también muy pequeños. Pon los tres ingredientes en un cuenco.
Añadir la miel y la salsa de soya. Picar el cilantro e incorporarlo a los de la salsa. Agregar el aceite de sésamo, la sal y la pimienta negra al gusto. Mezclar bien y probar por si es necesario rectificar de sal.
Para preparar las pechugas de pollo, retirarles la posible grasa que puedan tener y untarlas con aceite de oliva. Poner una sartén a calentar y hacerlas a fuego medio para que se hagan bien por dentro y se doren por fuera, procurando que queden jugosas.
Cuando falten cinco minutos para retirar el pollo de la sartén, cortarlo en tiras e incorporar la salsa de piña, miel y soya. Subir el fuego para que la salsa reduzca y caramelice.
Como base se puede servir un poco de arroz, encima coloca el pollo y adereza generosamente con la salsa de piña. Sirve enseguida y ¡buen provecho!
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